«Somos un espíritu que habita en un cuerpo y que se transporta en un alma».
Hay mucha confusión al respecto, incluso en el mundo terapéutico, cuando hablamos de estos dos aspectos, tan similares y tan diferentes….te invito a que profundices en lo que hoy tengo para contarte…
El espíritu en su afán de experimentarse como seria no ser como ES, desciende capas en un proceso involutivo despertando un alma como una proyección de SÍ en campos o dimensiones más limitadas que ya no se identifican con ese «Todo que es» y ya estando en divergencia experimenta la distorsión de este plano… el plano en el que estamos.
El alma es como la individualidad del Espíritu para que este se pruebe separado, viviendo la individualidad, esta alma ocupará distintos envases (cuerpos) para realizar ese viaje de aprendizaje que le permita volver a la Fuente de donde procede…ese Todo. Esta alma en cada viaje guarda un propósito que será su misión en esa vida, para ello nos propone situaciones en donde esta se vea en la labor de experimentar ese aprendizaje…
El alma es consciencia pura que se conecta con «La Fuente» pero que a su vez contiene programas para experimentar la dualidad…
Para el alma y el espíritu no existen ni el espacio ni el tiempo, son potencias puras de propósito.
El alma está estrechamente ligada a la mente subconsciente, es ahí donde se almacena la información, no sólo de esta vida sino de otras que esa alma ha discurrido, esto es necesario además porque cada alma responde a su vez a ese propósito individual de experimentación y requiere de esas memorias para sanar y trascender, y así iniciar ese camino de convergencia. Hay mucho más que decir y asimilar así que… Continuará…