Perdonar es algo bastante alejado de lo que nos han hecho creer, poco tiene que ver el verdadero «Perdón»con ese acto de benevolencia entregado a quien nos ha hecho daño, como un regalo de misericordia superior. Quizás es esta idea errónea la que nos haga perdurar en la parálisis de no poder permitirnos perdonar, como si fuera que nosotros somos los que tenemos el papel de liberar a quien nos ha ofendido y con eso viviéramos felices por siempre jamás.
En la realidad este perdón es mentiroso, es irreal y porque digo esto…Porque nada podemos hacer para liberar a nadie salvo que esa persona se permita su propia liberación y aún así esto no nos hará libre a nosotros si no entendemos el «Para qué» ocurrió eso en nuestra vida.
Si enfocamos el perdón como comenté al principio, solo jugaremos a tirar balones fuera, pero el peso, la carga del rencor, el poder desalojar a esa persona de nuestra cabeza, seguira sin existir de forma definitiva, porque el perdón real no es ni más ni menos que un acto de amor hacia nosotros.
«Cuándo perdonamos, nos estamos haciendo un favor a nosotros mismos.»
Perdonar es ofrendarnos la posibilidad de sacar la basura que uno una vez dejo en la puerta de nuestro corazón, y nosotros decidimos dejar que se pudra. Te imaginas, saliendo a la puerta de tu casa a quejarte del olor a podredumbre uno y otro día, sin hacer nada para alejar esa bolsa rancia de tus dominios. Pues esto que te parece tan obvio en el ejemplo es una metáfora de lo que te permites que ocurra cuando no perdonas desde el amor hacia ti, por que tú lo mereces, porque tú necesitas ese vaciado.
Esta visión del «Perdón» es mucho más efectiva para nuestra vida, más práctica y amorosa y repercute única y exclusivamente en la liberación de esa carga que ya no nos queremos permitir llevar. «Te perdono porque ya no quiero cargar contigo, no merezco ese peso y te suelto desde el amor que me tengo»
Perdonar así es un favor que le haces a tu corazón, es una acto de limpieza que necesita la casita de tu alma.
«Te dejo partir y con tu partida me perdono por haberme castigado a través de ti todo este tiempo»
Una de las herramientas más útiles para esta limpieza emocional llamada «Perdón» Son las «Cartas de liberación y Perdon»
¿Te gustaría saber cómo hacerla?
1-Primero que nada, piensa en esa situación que te aqueja…¿Qué necesitas perdonar? ¿A quién?
¿Para qué deseas realmente hacerlo?
2-Una vez tengas esto identificado en tu mente y corazón, comienza a elaborar tu carta articulándola en 3 partes principales:
A- Vaciado: Expresa tus emociones, no importa que tan limitantes y densas sean, puedes permitirte en esta parte de la carta sacar la rabia, la ira, la frustracion o quizas la tristeza y decepción por aquello que te hizo daño.
B-Perdón: Escribe en esta parte todo lo relacionado con el perdón: te dejo estas coletillas de ayuda para que puedas sacar mejor tus emociones:
«Elijo perdonarte porque siento necesidad de vaciarme de ti….»
«Decido perdonarte porque más allá del daño que me has hecho hoy soy yo el/la que decido parar este sufrimiento»
«Te perdono porque es el acto de amor más grande que hoy me puedo regalar»
Y si estas en una situación de mayor entendimiento de para tuviste que experimetar eso en tu vida, tambien puedes sentir esto:
«Te perdono porque entiendo que lo hiciste lo mejor que supiste con el nivel de consciencia que tenías»
«Elijo liberarte porque entiendo que tus carencias no pueden ser mi castigo»
«Hoy te perdono porque lo que una vez fue dolor yo he elegido transformarlo en aprendizaje»
«Te suelto a través del perdón haciendo mi mayor declaración de amor en este acto»
Puedes usar una o varias, lo importante es que en esta parte realmente llegues al para que del Perdón.
C- Agradecimiento y despedida:
En esta parte vas a expresar lo que agradeces haber descubierto, aprendido o integrado a través de esta experiencia que una vez causo dolor.
Por ejemplo….
«Te agradezco el haberme hecho más fuerte, más sabio y con mayor entendimiento»
«Gracias por ser ese maestro, esa herramienta para mi mayor evolución y aprendizaje»
Si aún te cuesta mucho esta parte, puedes simplemente decir.:
«Me doy las gracias por permitirme perdonar» Y tambien puede ser una estupenda conclusión de tu carta.
Finaliza con un saludo como:
«Te suelto»
«Me libero»
«Así es, así sea»
¿Qué haces con esa carta?
Las «Cartas de liberación y perdón» no guardan como cometido ser entregadas, esa no es su finalidad ni el valor del tesoro que representan radica en darlas como un salvoconducto de liberación para quien las reciba.
La liberación y sanación, ocurre en el proceso de escritura y meditación de su «Para qué», recuerda que para nuestro subconsciente todo aquello que te permitas, ya sea un pensamiento, una emoción, una visualización genera un hecho casi tan real como si estuviera ocurriendo, así que de esa manera lo vivirá y ahi será cuando tenga lugar la magia.
Entonces…¿Qué hacemos con la carta?
Puedes hacer tu propio ritual o bien tomar alguna de estas opciones que te dejo a continuación:
1-Quemarla tomando las precauciones debidas, en la quema puedes incluir hierbas aromaticas para purificar.
2-Romperla y lanzar sus pedazos.
3- Leerla y visualizar como la entregas a esa persona.
Puedes tambien combinar opciones o como dije antes «Hacer tu propia ceremonia»
Tómatelo en serio, invierte tiempo como si te estuvieras dedicando ese espacio para hacerte un gran regalo.
¿Puedo utilizar las «Cartas de Liberación y perdón para perdonarme por actos cometidos a otras personas o a mi misma?
Por supuesto, es más, deberías comenzar a hacerlo, eso supondrá un gran avance para tu vida. El procedimiento es el mismo, pero dirigido hacia a ti mismo.
Bueno ahora, te toca tomar la iniciativa, si te sirvió la información, compartela o bien déjame tus dudas y comentarios.
Te dejo además este enlace para que veas un video en donde en una de mis conferencias me hacen una pregunta relacionada con este tema.
Gracias por estar del otro lado, te abrazo fuerte.
Abrazos de Luz.
Natalia Salinas
Coach y Terapéuta Holística.