¿Tu forma de ser te ayuda a avanzar o por el contrario te trae por el camino de la amargura? ¿Qué tal vas en la educación y gestión de tu ego?
Ya te he hablado muchas veces del ego, me he dirigido a él como aquel programa de supervivencia, protección, aquella parte de ti que busca placer inmediato, y permanencia y todo esto a la vez y en ocasiones en propia oposición, pero sin tanta vuelta, puedo resumirte diciendo que tu ego es tu personalidad, es eso que tu te crees ser o que has aprendido a ser para moverte en este mundo.
Sabes además que siempre insito en que el alma es la verdadera esencia y es la que, aunque no dejemos mucho intervenir, manda y decide sobre nuestra continuidad en esta existencia. Y todo esto basándose en cuánto pueda servirle la mente-ego para ese propósito que tiene.
Digamos que el alma es el pie y el ego el zapato, y hay que reconocer que nos compramos zapatos porque nos hacen el caminar más fácil, les precisamos para movernos mejor. El problema lo tenemos cuando el pie se cree ser zapato.
Ahora bien, ¿Es malo el ego? ¿Deberíamos exterminarlo como han dicho muchos sabios y místicos a lo largo de la historia?
Yo hablaré por mi experiencia y estudio, y es sobre esto y sólo por esto, por lo que podré escribir este artículo, vamos que en definitiva, por mi propio ego, y además será con tu ego con lo que pilles estas ideas.
Pero no pasa nada, ya viene siendo hora de asumir que el ego tiene que jugar en nuestro equipo y estar a nuestra disposición, así que de eso va este artículo, sencillos caminos para que le aprendas a gestionar sin morir en el intento. Comienza recorriendo el que te sea posible para comenzar ya a educar esa parte rebelde de ti:
Te voy a contar una serie de cuestiones, también puedes llamarle caminos de entendimiento, que van a ayudarte a negociar con esa parte tan especial que se cree tú definitivamente.
1-Entiende que tu Ego te hará sentir inferior, superior, distinto, poco, mucho, carente, abundante, así que no te dejes engañar por él, recuerda que sólo se basa en lo aprendido en tu experiencia de vida, así que con ello procurará tirar hasta que tú comiences a usar tu parte supraconsciente.
Ante esto lo que debes hacer es desenmascararlo, saber que los pensamientos o emociones que te hagan sentir mal, vienen del diálogo con un ego maleducado, así que aplícate a gestionarlo. Por ej, cuando detectes que te estás contando historias para no dormir, detén ese pensamiento, obsérvalo y date cuenta que viene de esa parte angustiada por tu superviviencia. Comienza a articular recursos que te hagan estar más conectado, como puede ser trabajar tus creencias limitantes, meditar, hacer midfulness, todo eso aporta a que tu dualidad disminuya y sepas desenmascarar más fácil a tu saboteador interior.
2-No pelees con tu ego, lo que se traduce con pelear con tus pensamientos, emociones o conductas, el les administra y cuanto más te aterre la idea de no controlar, menos gestión tendrás sobre el y más conectarás con su piloto automático. Recuerda que el ego esta para protegerte y ayudarte a sobrevivir, pero es una especie de piloto automático, obvio que no nos garantice una calida dde navegación igual a la de ir conectados por la vida, siendo protagonistas y responsables de nuestros actos y creencias.
Con el ego se negocia, se dialoga, se le integra como parte necesaria más no al mando.
3- Recuerda que no son todos los egos iguales, compara al ego con un par de gafas, las hay de distintas formas y colores, y según las tengas percibes. Pues aquí pasa lo mismo, el ego te sirve para identificar esta dualidad, o sea que te distorsiona como parte de este juego para que entrenes la capacidad de percibir más allá de sus limitaciones. Ahora bien, el que cada uno tenga su ego, da tantos matices de percepción de este mundo como jamás te lo podrás imaginar, aquí cada maestrillo con su librillo, y tú tendrás que averiguar que te cuenta el tuyo para saber que hojas arrancas y cuales reescribes.
4-El ego es el gran distorsionador, lo hace basándose en 4 formas de distorsión de nuestra percepción que vale alegría conocer para aprender a desenmascararlo.
Supervivencia:
En esta forma de distorsionar, el ego nos muestra que nuestra supervivencia peligra, que no llegamos, que no tenemos para nuestras necesidades básicas, que no podremos sobrevivir en las condiciones que percibe que vive.
Por ej: No llego a fin de mes, me van a quitar la casa. etc
Protección:
En este marcador, el ego nos hace sentir que hay que protegerse lo vive cuidándose así mismo, a su familia, pareja, descendencia, empresa, puesto, colaboradores, país, etc.; es decir, marcando lo que considera su territorio y defendiéndose incluso atacando si hace falta.
Comparativa y competencia:
Aquí el ego entra en la visión de la comparación y competencia. En su vida cotidiana lo vive comparándose con otros, buscando, por ejemplo, si es más, si es menos, e incluso esa comparativa apunta a competir con uno mismo.
Sustitución del faltante:
En este punto, el ego siente un profundo vacío existencial que intenta suplirlo a través de cosas, relaciones, situaciones, de aquí se desprende el apego y las adicciones.
Como verás el tema del ego es apasionante y tremendamente importante a la hora de comprender nuestros bloqueos y flaquezas mentales. Entenderlo nos sirve para gestionar esa parte que se cree el capitán del barco, pero si nos descuidamos nos lleva a la deriva.
Así que gestionar el ego, puede ayudarnos a crecer como seres humanos, un ego bien educado puede ser un gran aliado a la vez que nos permitirá conectar mucho más con los mensajes que el alma que somos tiene para darnos.
En Brinco, la plataforma formativa de la que ya te he hablado en varias oportunidades, tendremos un curso llamado CreAcción Consciente donde se aborda el tema de las creencias desde la percepción que tiene el ego. Imagínate si considero importante este tema como trabajo personal donde nos tomemos tiempo y dedicación para conocer al personaje que todos llevamos dentro.
Me despido hasta el próximo recurso de poder y te dejo el enlace de unos videos que te pueden ayudar a aclarar el tema.
Abrazos de luz.
Natalia Salinas.